Esta 'Tricolor' no solo nos tiene en cuartos de final del evento deportivo más importante del planeta. Estos veintitrés guerreros nos recordaron que se puede y que vale la pena soñar. Que es posible tener metas y alcanzarlas. Que no hay obstáculos, por muy difíciles e inalcanzables que parezcan, que no se puedan superar. Que con disciplina y amor por el trabajo, sin excepción, todo se puede conseguir.
Pekerman y sus dirigidos nos devolvieron la esperanza. Nos han hecho olvidar por momentos, por no decir que por semanas, de todos los problemas que tenemos en el país y en la vida. De la pobreza, de la inseguridad, de las injusticias sociales, de los regionalismos, de las malas personas, de los políticos, de la corrupción, de las razas, de las religiones, de los estratos sociales y de muchos otros temas que nos golpean día a día y generan mucho odio y resentimiento en algunos colombianos.
Es lindo ver a todo un país envuelto bajo una misma bandera. Da alegría ver que la selección nos une, nos pone a gozar, nos recuerda lo lindo y valioso que es el país donde nacimos, nos hace cantar el himno nacional con ganas, con orgullo, nos hace llorar y sacar sentimientos que llevaban muchos años reprimidos.
Más allá del fútbol y más allá de lo que pueda pasar, los muchachos y el cuerpo técnico ya nos dieron una enseñanza que no solo aplica para el deporte. Es un mensaje que aplica para la vida y es que con trabajo, humildad y ganas, todo se puede lograr.
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